Sinopsis: Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de La guerra de las Galaxias.Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, aceptarse tal y como es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga.
La lección de August, es un libro maravilloso por donde se lo mire, en verdad no creo que pueda existir una persona a la que no le guste el libro. Es ameno, de fácil lectura, y con grandes enseñanzas. Esta cargado de emociones, cada capítulo es relatado por una persona distinta, alguien que forma parte del universo que rodea al protagonista y por el mismo. Esta historia nos mete de pleno en la piel de Auggie vemos a través de sus ojos y de quienes les rodean las discriminaciones y las burlas a las que esta expuesto, pero también vemos que no esta solo, tiene personas que lo quieren y lo cuidan y apoyan. Mientras vas leyendo, te dan ganas de meterte dentro del libro, ponerte al lado de Auggie y abrazarlo, cuidarlo y evitar que lo lastimen o incluso darle un buen escarmiento o revolear a algunos de los desagradables que se cruzan en su camino. Si bien es un libro emotivo, en mi caso no me lo pase llorando (salvo en un capitulo ... spoiler .... amo los animales y siempre que pasa algo con uno de ellos no puedo evitar largarme a llorar, en este caso cuando fallece Daisy, la perrita de Auggie, me partió el alma, no solo por su muerte, sino también por el vacío que debe generar su ausencia en el protagonista, ya que ella siempre estuvo a su lado y actuó con él como si fuera un niño normal, aunque como pasa luego, Auggie ve a Daisy después de muerta como una aparición y siente que siempre estará a su lado) pero te salta ese instinto protector para con el pequeño, que muchas veces se hace el fuerte, como si los comentarios ajenos no le afectaran. También me da cierta tristeza Via, la hermana mayor de Auggie, porque para ella una niña en crecimiento tampoco a sido fácil la situación y en cierta forma si bien sus padres la aman mucho, por los cuidados que su hermanito necesitaba, se siente como si hubiera tenido menos atención por parte de sus progenitores, lo que también hace que quieras ayudarla y cuidarla.
Es un libro excelente, recomendado para todas las edades, quizás sería bueno que lo implementaran como lectura en las escuelas, tanto primarias como secundarias, para que los chicos vean, desde los ojos de alguien que sufre discriminación o el tan popularmente ahora conocido "bulling" y tomen conciencia que las palabras hieren tanto como un golpe.
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