Sólo viven si crees en ellas. El nombre de un hada es secreto, nadie debe conocerlo. De lo contrario, podría ocurrir algo impredecible. Éste es el diario de uno de esos minúsculos y delicados seres alados que comparten los bosques con elfos, ninfas, gnomos, trolls y otros caprichosos seres de leyenda. A través de sus páginas visitaremos un mundo fabuloso, nos enseñarán sus sorprendentes poderes curativos y las hierbas que utilizan para sus filtros, sus manjares preferidos, la labor que desempeñan en nuestras vidas, descubriremos cómo algunos seres humanos se pueden transformar en hadas, víctimas de oscuros encantamientos, y seremos testigos de los prodigiosos acontecimientos que les suceden. Diario de un hada es una porción de ilusión que pretende contribuir a que el mundo de la fantasía siga vivo, un libro que encierra un pequeño enigma que el lector avezado podrá descubrir con un poco de paciencia: busque entre sus páginas y descubra el nombre escondido del hada. «Cada vez que un niño dice que no cree en las hadas, cae muerta una de ellas, por eso van quedando tan pocas»
Mientras leía esta historia no podía dejar de recordar la memorable escena de la película Peter Pan, donde Peter, Wendy y los niños perdidos cantan “I do belive in fairy i do i do”. Esta novela trae una perspectiva de las hadas algo diferente a lo que estamos acostumbrados. Vemos el mundo de las hadas a través de Aura la protagonista que es quien escribe su diario contando sus vivencias. La historia es entretenida en todo momento, a medida que vas leyendo se te crean interrogantes sobre algunas cosas que pasan y al llegar al final del libro, descubres que no se responden tus dudas. Muy por el contrario, el final del libro parece precipitado, apurado como cortando la historia a la mitad. Si no fuera por este final, el libro me hubiera gustado más.
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