¿Cómo están? Por mi parte, aún soportando unos cuantos días más de calor que decidieron hacer acto de presencia antes del comienzo del otoño.
Hoy quiero presentarles a ustedes a MEG (no, no es una mujer) de Steve Alten y ustedes se preguntaran ¿Quién es MEG? y la respuesta es algo escalofriante, MEG es un Carcharodon Megalodon y algunos de ustedes me miraran con una cara diciendo ¿y eso qué es? bueno, se trata del abuelito del gran tiburón blanco que vivió hace unos 70 millones de años y era gigantesco, el depredador más grande que ha existido en nuestro planeta.
Sinopsis:
En una expedición ultra-secreta a la fosa más profunda del océano Pacífico, Jonas Taylor se encontró frente a frente con el depredador más grande y feroz en la historia del reino animal. Taylor, único sobreviviente de la misión, está obsesionado con lo que asegura haber visto, pero aún no puede probar su existencia: un Carcharodon megalodon, el gigantesco antecesor del gran tiburón blanco. El megalodonte prehistórico promedio pesaba veinte toneladas y podía hacer pedazos a un Tiranosaurio rex en cuestión de segundos. Taylor, considerado un lunático que sufre trastorno de estrés postraumático, se niega a olvidar las profundidades que casi le cuestan la vida. A la sombra de un doctor en paleontología, Taylor pasa años teorizando, dando conferencias y escribiendo sobre la posibilidad de que el megalodonte aún habite en los niveles más profundos del mar.
¿A quién no le gustaría que hoy en día, existieran aún los dinosaurios? A mi me encantaría que en algún lugar remoto, aún pudiéramos encontrarlos (probablemente la culpa de mi fascinación por estos antiguos animales sea de Julio Verne y su Viaje al centro de la tierra, y de Conan Doyle y su Mundo perdido) así como les he contado que me encanta la mitología en entradas anteriores, también tengo que reconocer que adoro el tema de los dinosaurios y cuando me crucé con este libro que mezcla a un antiguo habitante de nuestro planeta con una historia de "terror" no pude resistirme a leerlo.
En primer lugar quiero aclarar un par de cositas, o condimentar este tema, hace un mes más o menos por un canal de tv hubo un especial sobre este animal prehistórico y justamente uno de los científicos proponía que podría ser posible la existencia aún del megalodon, ya que había varias evidencias que sustentaban esa hipótesis: (La verdad no sé en que terminó, porque tuve que salir cuando estaban dando ese programa y me quede con la intriga) como el hundimiento de un gran velero por un enorme tiburón que en principio se asoció al gran tiburón blanco, se encontró una ballena cortada a la mitad (supuestamente de una única mordida) y había una foto de un aparato que vigila las profundidades oceánicas en la cual se puede ver una aleta que por su envergadura correspondería a un tiburón de unos 15 o 20 metros (el tamaño que tendría el megalodon).
En segundo lugar, me parece una gran coincidencia o quizás un excelente trabajo del autor para informarse sobre el tema, que mucha de las hipótesis que se nombran en el libro coinciden con el estudio que nombraron en ese programa, lo que le da un toque de realismo a la historia o pone en dudas al documental que transmitió ese canal, de hecho hay debates sobre este tema en la red por ejemplo Sospechoso documental del megalodon
Cuando pensamos en animales prehistóricos y su tamaño, a veces nos cuesta imaginarnos lo enormes que eran, muchos hemos visto documentales en los que se muestra al gran tiburón blanco y ya de por sí lo vemos con unas dimensiones que a mi parecer ya podría tener el título de E-N-O-R-M-E pero entonces ¿cómo podríamos definir al megalodon? mucho pero mucho más grande, es como comparar a nuestros gatos (el tiburón blanco) con un tigre de bengala (el megalodon) la diferencia es abismal y así es la diferencia entre estos parientes terroríficos. Somos varios los que tenemos fascinación y miedo a la vez por estas enormes bestias marinas (probablemente influenciados por cierta película ochentosa (en realidad se hizo en los ´70 aunque yo la ví a fines de los 80 jejeje) llamada Tiburón, ¿quién no recuerda esa música que te ponía los pelos de punta con su charan - charan - cha cha cha? (o algo por el estilo jejeje) y son estos sentimientos encontrados los que nos llevan muchas veces a leer o ver cosas sobre estos temas y aquí estamos con MEG.
La historia arranca ubicada hace 70 millones de años en las playas antiguas con una manada de algo que pareciera ser unos ornitorrincos gigantes pero en versión reptil llamados Hadrosaurus y como son atacados por un Tyrannosaurus Rex y que para salvar sus vidas deciden adentrarse en el mar... gran error, ahí los estaba esperando otro depredador aún más terrible por lo que deciden arriesgarse con el T. Rex con la suerte de que éste queda varado en la arena lodosa del mar, y es así como el depredador terrestre se convierte en presa, esta escena es la imagen que se usa como portada. A continuación salta a la actualidad y conocemos al protagonista llamado Jonás Taylor quien es un paleontólogo que esta dando una conferencia sobre nuestro buen amigo el megalodon. Como en toda conferencia hay preguntas algunas interesantes y otras un tanto incomodas (sobretodo cuando se tratan de secretos que se supone nadie sabía) de ellas destacan las hechas por Terry Tanaka (hija de un antiguo amigo de Taylor) quién más adelante le confiesa que está ahí por envió de su padre que le pide el favor de ayudarlo en un trabajo en las profundidades oceánicas, las otras preguntas un tanto inquietantes o más bien desagradables provienen de un periodista llamado David Adashek quien más adelante nos enteramos que está pagado por la esposa del paleontólogo para hacer un trabajo un tanto... digamos que no muy moral. La esposa de Jonas llamada Maggie y el mejor amigo de éste Bud son otros personajes que también iremos conociendo y que probablemente le caigan mal a todo el mundo.
Lo que tengo que decir sobre Taylor es que realmente para alguien que carga con un pasado de ese tipo (tal como lo dice la sinopsis, ha sobrevivido a una misión en la que supuestamente se encontró con un megalodon y murieron los dos tripulantes que lo acompañaban), con problemas como la claustrofobia, se me hizo poco creíble que de la nada, así como así, luego de 7 años pudiera retomar lo que había dejado de hacer, es decir, por un lado subirse a un ex barco de guerra reformado para llevar a cabo misiones científicas (todos sabemos que este tipo de barcos no son precisamente algo amplios) y por si fuera poco sin preparación previa luego de tantos años sin hacer este tipo de trabajo de sumergirse en mini submarinos individuales se suba así sin más (un espacio sumamente chico en el cual tiene que ir atado con redes) para sumergirse en el fondo oceánico solo con la ayuda de 2 pastillitas que le ayudan a controlar su claustrofobia, cuando anteriormente casi sufre un ataque de claustrofobia al viajar en un avión. El libro venía con una historia bastante creíble hasta que ocurre este pequeño detalle que no me terminó de convencer, pero en fin la historia siguió avanzando y atrapándome capítulo a capítulo.
La historia arranca quizás algo lenta al principio para darnos a conocer a los personajes, su historia, sus motivaciones y los sucesos del pasado que los impulsan a continuar, tengamos en cuenta que ademas de Jonás, su mujer, su amigo Bud y Taylor, también tenemos acercamientos a otros personajes como Mac, otro de los amigos del protagonista, el padre de Terry y su hermano y otros que guardan cierta reticencia hacia Jonás y su capacidad de trabajar en el oceáno profundo. Pero llegando casi a la mitad del libro aparece en escena nuestro buen amigo el megalodon que tanto esperábamos ver. Cada capítulo en sí es corto y lleva por título algo que nos va avisando que es lo que puede ocurrir. Aunque tengo que reconocer que me mantuvo atrapada sin poder soltarlo, siempre decía un capítulo más y ya esta y así llegue a la mitad del libro en una noche, intercalando esta lectura con la de Magnus Chase.
Una vez que el megalodon hace su aparición comienzan las muertes, no solo de las grandes ballenas que se supone podrían ser parte de la dieta de este animal sino también de humanos. Incidente tras incidente las cosas toman proporciones épicas, rencores y venganzas se apoderan del corazón de algunos personajes llevando la historia cada vez a momentos más tensos y peligrosos.
Si bien hay muchos puntos cliché, la historia se disfruta y se hace amena de leer por el vocabulario sencillo y la continua acción. Pero al llegar al final, si bien ya me imaginaba como iba a terminar, la forma en que terminó se me hizo lo menos creíble de todo.
Y para desahogarme sobre este punto en especial y para no hacerles spoilers a los que le molestan paso a dejarles la advertencia y a escribirlo en blanco, así que si quieren leerlo lo remarcan con el cursor:
Bien el protagonista se llama Jonás como el famoso protagonista de Jonás y la ballena, ¿cómo iba a imaginar que su nombre representaba el final del libro? Porque sí señores, nuestro Jonás se mete con el mini submarino en el interior de la hembra de megalodon, llega a su estómago, rompe con el diente de megalodon que usaba de amuleto las paredes del órgano llega a la cavidad cardíaca y arranca la aorta del corazón para matar al animal luego usando el mini submarino y sin sufrir por la acidez del estómago del animal logra salir sano y salvo del interior de monstruo oceánico... ¿de verdad era él único final plausible?
Siguiendo con el libro, la historia queda abierta para una continuación de hecho creo que en total es una saga de 6 u 8 libros con esta temática de monstruos marinos extintos, lo cual hace que me pique el bichito de la curiosidad a ver como sigue la cosa, aunque si quisiera quedarme en este libro también esta bien porque en sí el final es el final.
Mi clasificación:
Una vez que el megalodon hace su aparición comienzan las muertes, no solo de las grandes ballenas que se supone podrían ser parte de la dieta de este animal sino también de humanos. Incidente tras incidente las cosas toman proporciones épicas, rencores y venganzas se apoderan del corazón de algunos personajes llevando la historia cada vez a momentos más tensos y peligrosos.
Si bien hay muchos puntos cliché, la historia se disfruta y se hace amena de leer por el vocabulario sencillo y la continua acción. Pero al llegar al final, si bien ya me imaginaba como iba a terminar, la forma en que terminó se me hizo lo menos creíble de todo.
Y para desahogarme sobre este punto en especial y para no hacerles spoilers a los que le molestan paso a dejarles la advertencia y a escribirlo en blanco, así que si quieren leerlo lo remarcan con el cursor:
Bien el protagonista se llama Jonás como el famoso protagonista de Jonás y la ballena, ¿cómo iba a imaginar que su nombre representaba el final del libro? Porque sí señores, nuestro Jonás se mete con el mini submarino en el interior de la hembra de megalodon, llega a su estómago, rompe con el diente de megalodon que usaba de amuleto las paredes del órgano llega a la cavidad cardíaca y arranca la aorta del corazón para matar al animal luego usando el mini submarino y sin sufrir por la acidez del estómago del animal logra salir sano y salvo del interior de monstruo oceánico... ¿de verdad era él único final plausible?
Siguiendo con el libro, la historia queda abierta para una continuación de hecho creo que en total es una saga de 6 u 8 libros con esta temática de monstruos marinos extintos, lo cual hace que me pique el bichito de la curiosidad a ver como sigue la cosa, aunque si quisiera quedarme en este libro también esta bien porque en sí el final es el final.
Mi clasificación:
¿Les gusta este tipo de libros?
¿Han leído algo similar?
Espero les guste esta reseña, nos leemos prontito.
Besos a todos.
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